Gerd Hauser (Bad Kissingen, Alemania, 1948) es uno de los gurús de la construcción y la eficiencia energética en Europa y asesora al Parlamento Europeo en temas de sostenibilidad de los edificios. En el salón de la construcción de Barcelona, Construmat, ha expuesto su tesis de que la construcción ecológica es un elemento clave para luchar contra el cambio climático y el fin de los recursos del planeta. A continuación, la entrevista publicada hoy en "El Periódico de Catalunya".
- Usted defiende un estilo de vida europeo desde el punto de vista energético. ¿Qué quiere decir eso?
--Lo que yo llamo european way of life quiere decir que todo el mundo tendría que seguir el buen camino que ya ha iniciado Europa de construir edificios energéticamente eficientes. En Europa se está haciendo mejor que en América --cosa que no es muy difícil-- o que en China o la India. La eficiencia energética es la premisa desde la que se está construyendo Europa, y podemos exportar este modelo al exterior.
- ¿A qué país de la Unión Europea tendríamos que ir si quisiéramos vivir en los edificios más sostenibles?
--Habría que ir a Suiza y, después, a Alemania. En este último país se están construyendo buenos edificios nuevos y se han puesto en marcha varios programas para restaurar edificios antiguos de forma que sean sostenibles. La cancillera alemana, Angela Merkel, piensa en esta dirección, y eso puede ayudarnos.
- Y en España, ¿cómo está la situación? ¿Le recomendaría usted el país a alguien para vivir?
--No, actualmente. Todavía no. Según tengo entendido, los edificios nuevos se construyen sin materiales aislantes adecuados y es una gran oportunidad que en España se está perdiendo. Con los edificios nuevos se debería actuar ya y no esperar.
- El término sostenible junto a la palabra construcción, ¿es una etiqueta de moda o es una realidad?
--Quizá en algunos países sí que es una moda hablar de estos temas ahora. Pero es que, con todo el debate sobre el cambio climático, también se ha tomado más conciencia del problema. En algunos países, los veranos no son tan cálidos y los inviernos tampoco son como eran. El clima está cambiando y la gente se preocupa porque no sabe qué va a venir. El coste energético no se va a reducir, va a subir. Sabemos que tenemos petróleo y gas, pero también sabemos que solo durarán un tiempo, no para siempre. Los jóvenes son los que captan más el mensaje de que lo sostenible es importante y los que pueden transmitir ese mensaje en sus casas, a sus padres: la idea de que hay que ahorrar energía. En su momento, por ejemplo, fue mi hija la que me dijo a mí que había que reciclar la basura, cosa que antes yo no hacía. Los padres están aprendiendo de los hijos en temas energéticos.
- ¿Cómo afectará el cambio climático a la manera de construir?
--En 10 o 15 años, en Alemania tendremos edificios pequeños que serán como miniplantas de energía, producirán energía. De hecho, generarán más energía de la que pierdan, por lo que la eficiencia energética de los mismos será óptima. Esto será clave ante el cambio climático. Usaremos placas fotovoltaicas y la energía del viento y, además, tendremos edificios muy bien aislados, ventanas muy buenas que podrán cambiar de función con un interruptor, sistemas de ventilación adecuados, y también usaremos los sistemas fotovoltaicos y la energía solar para la producción de agua. Todos estos edificios fabricantes de energía se extenderán.
- ¿Por qué a alguien le puede interesar vivir en un edificio ecológico? ¿Qué ventajas reales tiene para el comprador?
--Los costes en energía son más bajos, hay más confort en invierno y en verano y, además, si compro un piso ecológico sé seguro que, dentro de unos años, la casa en la que estoy viviendo podrá venderse mucho mejor que otros edificios.
- Las viviendas y oficinas bioclimáticas ¿son más saludables?
--Sí, sin duda. Son mejores a la hora de trabajar y son mejores a la hora de estudiar y de aprender, en las escuelas. Son más confortables, tienen mejor acústica y la gente se siente más a gusto en el edificio, con lo que aprovecha mejor su tiempo dentro.
- En Barcelona últimamente se han detectado casos de lipoatrofia en algunos edificios por el exceso de campo magnético y la falta de humedad en el ambiente. ¿En un edificio sostenible esto podría haberse evitado?
--Es probable. Hay muchos casos parecidos en otros países de Europa. Este caso es una muestra más de lo que en genérico se conoce como "el síndrome del edificio enfermo". Se ha investigado en toda Europa y este síndrome tiene que ver con los sistemas de aire acondicionado, los campos electromagnéticos y la humedad o falta de la misma en el ambiente. Uno de los resultados de los estudios dice que a la gente no le gusta trabajar en espacios en los que no puede interactuar con el entorno. Es decir, no le gusta estar en lugares donde no puede abrir ventanas, ni tocar la temperatura del aire o la humedad, por ejemplo. Si la gente puede jugar con estos factores, se siente mejor. El efecto placebo existe.
sábado, 19 de mayo de 2007
"Los edificios pronto producirán energía"
Publicado por dias_de_arquitectura a las 9:19
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