martes, 1 de julio de 2008

Jean Nouvel, Carlos Jiménez, Emilio Tuñón & friends



El pasado sábado 29 tuve ocasión de asistir a una maravillosa muestra de tendencias, conocimientos y formas de proceder en arquitectura, de la mano de Carlos Jiménez, miembro del jurado del Premio Pritzker, Jean Nouvel (a quien le entregaron el Premio Pritzer el 2 de junio pasado) y Emilio Tuñón (de Mansilla & Tuñón).

Sin duda alguna, esta conferencia me ha hecho reflexionar mucho sobre la Arquitectura actual, y sobre las razones por las que un arquitecto como Jean Nouvel puede llegar a ganar un premio como el Pritzker. Además, el lugar de la conferencia no podía ser más emblemático: el Palau de la Música de Barcelona, de Lluís Domènech i Muntaner, y que este año celebra su centenario.

Carlos Jiménez hizo una interesantísima disertación sobre la arquitectura de I.M.Pei, mostrando su auditorio en Dallas y el significado del interior, el exterior, y la propia simbología y pretensiones del edificio a nivel urbano. Acto seguido, lo comparó con el auditorio Walt Disney en Los Angeles, y finalmente valoró las diferencias entre estos auditorios "modernos" y el propio Palau de la Música. Donde hay magia, hay magia.



¿Qué decir de la gran estrella mediática que es Jean Nouvel? Pues, aunque me fastidie un poco reconocerlo, creo que se lo merece. Hay ciertos aspectos de alguno de sus edificios que, en mi opinión, le impide crear más de una obra maestra. Pero el arquitecto tiene un don para convencer y complacer. Y encima es simpático. Más no se puede pedir. Por supuesto, la mayor parte de arquitectos a este nivel tienen un ego hipercultivado, pero no necesariamente tienen por qué ostentarlo si no es estrictamente necesario. Es una especie de "pseudo-ego".

Desde que puso el primer pantallazo, las imágenes cautivaban a los presentes. El primer proyecto era un auditorio de granito negro y reluciente diseñado junto a Philippe Starck. Nouvel relató que no pasó ni la primera fase del concurso, pero que curiosamente ha sido su obra más publicada a nivel mundial. Repasó algunos de sus auditorios más relevantes y, francamente, desprendía sinceridad y un claro interés por comunicar y transmitir conocimientos y anécdotas.



Tras la correspondiente ovación, fue el turno de Emilio Tuñón. ¡Ah! ¡Qué decir de este arquitecto! que, tras haber ganado el premio Mies van der Rohe 2006 por el MUSAD de León, parece haber cobrado todo su prestigio de forma repentina para el gran público. Se da la casualidad que sus alumnos opinan que muchos de sus proyectos ganadores serían los que antes suspenderían en sus propias clases en la Universidad Complutense (creo recordar).

Tuñón explicó que el Ayuntamiento de Madrid pretende hacer un teatro-auditorio cerrado para casi 6.000 personas. Tras semejante bobada, llamó a Higini Arau (el ingeniero salvaproblemas acústicos), y le dijo que contara máximo con 2200 personas. Pero como quien manda es el consistorio, hay que buscarse la vida. Así que quieren implementar la Acústica Virtual. O sea: simular una sala con unas características dentro de otra sala con otras características. ¿Cómo? Con un programa que recrea los tiempos de reverberación (y supongo que los desfases de la onda) en cada punto de la sala.

Y es ahora que me pregunto: ¿hasta dónde debe venderse un arquitecto para sucumbir ante un programa? Estuve leyendo recientemente un libro de Louis Kahn en que explicaba a sus estudiantes que el programa no lo debe imponer un administrativo, sino un arquitecto. ¿Por qué Mansilla y Tuñón están a favor de la acústica virtual, cuando es la solución menos arquitectónica posible? No tiene ningún sentido. En mi opinión, han perdido toda el prestigio que pudieran tener, por malvenderse ante un programa inútil: si el Real Madrid juega un partido de fútbol con un público cercano a las 100.000 personas, ¿qué molestias pueden causar a los vecinos con un recinto semi-abierto, bien diseñado acústicamente? Necesito aún reflexionar sobre ello bastante. En breve publicaré mi libro acerca de la situación actual de la Arquitectura mundial, casi como un guiño a Kahn -- permitidme que vuelva a él--, a quien le fascinó la pregunta de un amigo: "¿cómo describirías la época actual?. Tras un tiempo de reflexión, le contestó con una pregunta: "¿cómo es la sombra de la luz blanca?"

La Arquitectura es esencia. Un edificio no es arquitectura: es la materialización de la Arquitectura. Por eso Nouvel gana concursos. Incluso ha ganado alguno sin tan siquiera presentar una sola imagen (aunque esto no es algo que suela explicar). Lo que cuenta es la idea y la solución. Quienes usan técnicas constructivas inteligentes, y presentan respuestas innovadoras, con un punto de riesgo, triunfan. A quienes tapan y maquillan deficiencias del proyecto... Sólo les queda el márketing.


De izquierda a derecha: Emilio Tuñón, Carlos Jiménez y Enric Ruiz-Geli

Texto y fotos: Dias de Arquitectura - diasdearquitectura.blogspot.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues te perdiste el viernes, Xavi.
Aparentemente era una jornada mas 'dura', sin embargo resultó un viaje al conocimiento y a las emociones de fondo. La intervencion de Sotelo fue extraordinaria (un musico que usa conscientemente las arquitecturas) y las 'lecciones' de Paredes-Pedrosa y Paricio resultaron muy esclarecedoras.
Puede que algunas de las preguntas que te formulas se respondiesen en ese día.
Saludos y celebro que, cuando menos, te haya sido de provecho la jornada del sábado.
:)

Félix Arranz

dias_de_arquitectura dijo...

¡Hola Félix!

Es un honor que hayas tenido unos minutos para escribir en este humilde blog. Te lo agradezco sinceramente.

La verdad es que, por desgracia, me enteré del ciclo de conferencias el mismo jueves, y por cuestiones estrictamente profesionales sólo pude asistir a los actos del sábado por la tarde.

Ciertamente, me hubiera encantado ver a Ignacio Paricio, Tusquets... Aprovecho este "anexo" a mi escrito para expresarte mi más sincera enhorabuena por una jornada maravillosa. Ojalá se busque alguna excusa en el futuro para congregar a un grupo de ponentes tan exquisito.

Un abrazo,


Xavi